Nos referimos al nulo o bajo impacto orgánico de las lecciones de educación física para el mejoramiento de la salud; es decir, que las diversas evidencias indican que dichas sesiones son “light”; es decir, que sólo entretienen a los educandos quienes realizan varias actividades rítmicas, lúdicas o físicas, que no mejoran el nivel de salud, porque no demandan un gasto energético que permita combatir el sobrepeso y la obesidad resultado parcial del sedentarismo físico y que al no evaluarse, se desconoce si están desarrollando las habilidades motrices o están mejorando las capacidades físicas.
 
Entonces, los educadores en general, educadores físicos, padres y madres de familia, así como las autoridades educativas estatales y federales, deben preguntarse: ¿cómo provocar un impacto orgánico en la población escolar de la educación básica por medio de las sesiones de educación física en línea y no sólo entretenerlos, para la mejora de su salud? Esta misma pregunta se deberá hacer cuando se regrese a la nueva normalidad.
 
Hemos analizado esta situación problemática desde nuestros ámbitos laborales y concluido que una solución puede estar fincada en la Autogestión de la Activación Motriz para la Salud (AAMS) por los propios educandos. Es una solución compleja, pero puede lograrse paulatinamente en tanto los educandos aprendan a realizar cotidianamente diversas acciones y tareas motrices que puedan ejecutar durante 30 a 60 minutos como el contenido que se desarrollará por mediación de la Activación Motriz.